30 abr 2010

De pequeña me encantaba ir los domingos con mi padre a lavar el coche; yo me quedaba dentro viendo el jabón y el agua caer sobre los cristales, siempre tenía miedo de haberme dejado una ventana abierta y salir encharcada, pero nunca pasaba, siempre me acurrucaba en el asiento, fuera de peligro.
Ojalá hoy, a 30 de abril del 2010, pudiera sonreir simplemente con ir a un tunel de lavado. Por desgracia mi padre dejó de llevarme con él los fines de semana, creo que eran esos días los únicos en los que me sentía unida a él.

El tiempo pasa, las cosas se tuercen y cogen formas distintas, he aprendido a sobrellevarlo, o eso creo.
He aceptado que mi familia es mi hermano y mi madre. Que dos de las personas más importantes de mi vida viven a cientos de kilómetros de mí. Que el tiempo corre de una forma inexplicable. Que es recomendable apartar a un lado las cosas feas del pasado.
Pero aún no soy capaz de ser coherente, de guiar mis sentimientos de manera que no manden sobre mi cabeza, no sé no dejarme llevar y sigo metiendo la pata igual que la primera vez.
Bea siempre me decía esas tres palabras que según ella eran mi esencia: ''Pequeña,linda e inocente'', e incluso lo escribió en una concha que me regaló hace unos años,para que no se me olvidara... ahora mismo no quiero ser inocente, quiero tener los pies sobre la tierra, crearme una coraza que pueda atraversarse,pero solo con tiempo y dedicación,no quiero que alguien me cale hasta los huesos de nuevo para nada. Odio la inocencia,odio el miedo, odio esta situación, odio mis propias excusas.
Con lo fácil que parece y lo difícil que lo haces.
Toca abrir los ojos.

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