Sí, otro ciclo más que cerrar, y la verdad es que cada vez el tiempo pasa más rápido, últimamente de una forma inexplicable.
Pensar en estos nueves meses me hace sonreir y mucho, pero a la vez me agobia...me agobia pensar que nueve meses en mi reloj personal es lo equivalente a dos, y tengo miedo, miedo de no saber aprovechar, de no valorar o de no ser consciente realmente de que todo está pasando ante mis ojos y ver que no soy capaz de guardar un pedacito de cada día o de retener momentos clave en mi cabeza, porque ese es otro problema, mi falta de capacidad para recordar ciertas cosas.
El tiempo y los recuerdos, me agobia darme cuenta de que realmente no controlo ninguno de los dos, que no soy capaz de parar el primero, ni de acumular de lo segundo.
Ciclos, es verdad, la vida es una sucesión de ciclos; siempre me ha costado salir de uno, siempre fuí más de espirales, de círculos ( running in circles) , de historias que se repiten una y otra vez, y que no me permiten seguir, que me agarran, que no me sueltan y casi siempre duelen.
Siempre me aferro a algo, a alguien, y no lo suelto, me niego a hacerlo, es como si perdiera una parte de mi vida, como si con cada etapa se perdiera una parte de mí, quizá por eso me cuesta tanto asumirlo, quizá por eso siempre fuerzo las situaciones, obligo a que se repitan, una y otra vez, para que no se me olvide ni el detalle más pequeño (círculos,círculos,círculos...)
Odio el tiempo, odio el tic tac que te agujerea los oídos, que te ahoga.
Sí, tengo miedo, y es probable que se trate de una crísis antes de mis 21 (uf, 21).
Sólo quiero tener la sensación de que no se me escapa ni uno de los sesenta segundos que forma un minuto.
21 es el mejor número de todos.
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